Ella sabe que cuando escucho su voz la piel se me eriza como el primer día que la escuché. Ella no lo sabe pero fue hace mucho, mucho más de lo que pueda parecer a priori. Ella me susurró muchas noches mientras acompañaba la voz de Louis Armstrong y una trompeta.
Si miro mis piés y veo unas zapatillas desgastadas es motivo de satisfacción. Llevo ya un tiempo que no paro y a cada paso que doy siento que acierto. En un par de semanas un cambio más, otro paso en el camino (y ya van unos pocos).
Siguen saliendo proyectos, tanto profesionales como de vida, y no paro de sonreír ante ellos mientras apuro otro lucky. Sonrío como diciendo "voy a vivirte intensamente". Esto es sólo el principio tras mil finales, lo se, y casi que me gusta más por eso.
Hacía ya un tiempo que no me pasaba por aquí, no se si por dejadez o por que tenía demasiado "casino alla testa", el caso es que hoy han vuelto las ganas de dejar cuatro letras por aquí.